Siete musas, siete hermanas, las Siete hijas de Kira. Seres de la psique, con personalidad y conciencia, que ahora se han reencarnado en cuerpos humanos para visitar el plano de los sentidos por alguna razón. Como entidades psíquicas, las musas no tienen género, aunque la palabra "musa" sea gramaticalmente femenina. Los cuerpos que ocupan, sin embargo, sí tienen género y Kira ha querido que fuera masculino, por eso el autor habla de las musas en masculino y femenino indistintamente, siendo este un factor que aunque pudiera resultar extraño tampoco tiene importancia. Ellas son:
aRU DE kIRA: lA pRIMERA
Nació la primera, aunque siempre estuvo ahí. Paradójicamente es la más frágil y vulnerable de las Siete y a la vez la más fuerte: tanto como es la Primera podría ser también la Útima que quedase, pues nunca abandonaría a su padre. No en vano ella es el Amor de Kira. Sus hermanas la llaman Musa Mandarina por razones desconocidas, "Gamusino", y también se la conoce como "Dandelion" (Diente de León), que es una de sus formas físicas en el plano terrenal, cuando no ocupa el cuerpo de un muchacho desnudo.
En otro orden de cosas, es ciega y no tiene edad.
En otro orden de cosas, es ciega y no tiene edad.
Endógena, sin edad.
iver de la guerra: la segunda
La Segunda musa se llama Iver, Iver de la Guerra. Hay muchos poetas forzados a ser soldados, y también hay personas que sólo en la guerra descubren la palabra correcta en su interior. La descubren al mirar a los ojos del otro, vacíos, y reconocerse en ellos cuando llega el final, viendo la nada en el propio rostro reflejado en esas pupilas. La palabra correcta, lo que importa, se descubre de pronto al oir las detonaciones y al tomar en brazos a otros semejantes bajo un cielo que se quiebra. Sólo en un lugar de fuego y muerte es tan potente la pulsión de vivir; en el campo de batalla, por debajo de los escombros que deja el odio irracional, brota la flor de lo humano entre fragmentos y cascotes, algo vivo bajo el sol. Algo que sobrevive y se rebela negándose a corromperse y a rendirse, echando raices en la tierra húmeda de sudor y de sangre. Algo poderoso en constante oposición al abuso y a la muerte: humanidad.
Las musas ayudan a los humanos a definir la humanidad de nuevo cada día y a verse unos a otros. Cuanto más atroz es la guerra mayor es la fuerza de una musa dentro de un hombre; cuanta más injusticia más alto es el grito de respuesta, cuanto más desasosiego más grande es la voluntad.
La mirada en la mirada, la sonrisa, el calor de la voz, la mano tendida, "cuando un cuerpo coge a otro cuerpo". Humanidad.
Todos los humanos han estado en guerras, guerras diferentes; todos los humanos igual de humanos, parecidos pero iguales. Muchas personas esquivan balas y libran batallas en el silencio de su alma todos los días, luchando por otras personas y por algo que está fuera de ellos. Eso es también luchar por ellos mismos, esos humanos lo saben.
En la guerra, algunos seres humanos reaccionan amando a sus semejantes con todas sus fuerzas, siendo la dignidad de uno la de todos. A veces, al verle la cara a la injusticia y a la muerte tan de cerca, de pronto uno es consciente de cuán profunda es su capacidad de amar, más allá incluso de su propia fragilidad y de la necesidad que uno creía tener de ser tenido en cuenta.
Por si acaso uno se bloqueara mentalmente en el seno del odio, o se pudiera contaminar con ello, Iver es bien grande para que se la vea entre fuego cruzado y balas de todo tipo. De hecho, es la más fácil de ver de las Siete, siendo Aru la más difícil de percibir en contrapartida.
Iver es la más tranquila de todas sus hermanas, sosegada, muy paciente, normalmente cuidadosa y amable. Es muy grande en materia psíquica y el cuerpo físico que ocupa se corresponde en tamaño con esto, pero no por eso es torpe o densa a la hora de desplazarse. De hecho también la llaman Musa Meteorito, pues una de sus manifestaciones en el mundo terrenal son las mal llamadas por los humanos "estrellas Fugaces" que cruzan el cielo en una fracción de segundo.
Las musas ayudan a los humanos a definir la humanidad de nuevo cada día y a verse unos a otros. Cuanto más atroz es la guerra mayor es la fuerza de una musa dentro de un hombre; cuanta más injusticia más alto es el grito de respuesta, cuanto más desasosiego más grande es la voluntad.
La mirada en la mirada, la sonrisa, el calor de la voz, la mano tendida, "cuando un cuerpo coge a otro cuerpo". Humanidad.
Todos los humanos han estado en guerras, guerras diferentes; todos los humanos igual de humanos, parecidos pero iguales. Muchas personas esquivan balas y libran batallas en el silencio de su alma todos los días, luchando por otras personas y por algo que está fuera de ellos. Eso es también luchar por ellos mismos, esos humanos lo saben.
En la guerra, algunos seres humanos reaccionan amando a sus semejantes con todas sus fuerzas, siendo la dignidad de uno la de todos. A veces, al verle la cara a la injusticia y a la muerte tan de cerca, de pronto uno es consciente de cuán profunda es su capacidad de amar, más allá incluso de su propia fragilidad y de la necesidad que uno creía tener de ser tenido en cuenta.
Por si acaso uno se bloqueara mentalmente en el seno del odio, o se pudiera contaminar con ello, Iver es bien grande para que se la vea entre fuego cruzado y balas de todo tipo. De hecho, es la más fácil de ver de las Siete, siendo Aru la más difícil de percibir en contrapartida.
Iver es la más tranquila de todas sus hermanas, sosegada, muy paciente, normalmente cuidadosa y amable. Es muy grande en materia psíquica y el cuerpo físico que ocupa se corresponde en tamaño con esto, pero no por eso es torpe o densa a la hora de desplazarse. De hecho también la llaman Musa Meteorito, pues una de sus manifestaciones en el mundo terrenal son las mal llamadas por los humanos "estrellas Fugaces" que cruzan el cielo en una fracción de segundo.
Iver es una musa de las denominadas "exteriores", y tiene aproximadamente veinte años.
OWRI DEL DOLOR Y DE LA TRISTEZA: LA TERCERA
La Tercera de las hijas de Kira se llama Owri, y es la musa del dolor, la tristeza y la melancolía. Ser tocado por ella se siente como respirar aire cargado de ozono: ese olor a tierra mojada que trae nostalgia y recuerdos de lluvia, levemente opresivo y difícil de respirar. Con tristeza infinita se han cometido grandes creaciones, todos lo sabemos. Estamos tristes cuando estamos vivos, despiertos y cargados de motivos; compartirlo pasa a ser una responsabilidad porque nunca sabremos el dolor de quién más podemos sosegar, una vez traspasamos el nuestro sin evadirlo y vivimos para contarlo.
Owri es la más pesada y densa en materia psíquica de las Siete; ella fue quien consiguió parar los mandobles de Kurenayo sentándose en el filo de la hoja de su katana, pero eso es otra historia que será contada más adelante. Una de las formas simbólicas de Owri en el plano terrenal es esa estrella fría que te quedas mirando en la noche como si fuera la única, como si ninguna otra existiera, pensando que quizá ese alguien que tanto extrañas podría estar también mirándola en ese mismo momento si levanta los ojos al cielo.
Owri es la más pesada y densa en materia psíquica de las Siete; ella fue quien consiguió parar los mandobles de Kurenayo sentándose en el filo de la hoja de su katana, pero eso es otra historia que será contada más adelante. Una de las formas simbólicas de Owri en el plano terrenal es esa estrella fría que te quedas mirando en la noche como si fuera la única, como si ninguna otra existiera, pensando que quizá ese alguien que tanto extrañas podría estar también mirándola en ese mismo momento si levanta los ojos al cielo.
Owri del Dolor es una musa Interna o Endógena. Tiene más o menos la edad de Kira, quien fue capaz de verla a los cuatro años, pero hasta algún tiempo después no pudo dejarse ayudar por ella.
Como curiosidad, Owri ve sólo colores pesados como grises, marrones o azules muy oscuros y negros.
Como curiosidad, Owri ve sólo colores pesados como grises, marrones o azules muy oscuros y negros.
UXU DE LOS IMPOSIBLES: LA CUARTA
La Cuarta Musa es bastante contestataria, lo más parecido a un grano en el culo para el resto -salvo para Alderik, a quien todo le parece estupendo y genial-, en especial para Essel la Hueca que viene justo detrás y es su opuesta natural. Se llama Uxu de los Imposibles, aunque para ella la palabra "imposible" no tiene sentido pues nada lo es. Uxu es la cosita pequeña que fuerza al humano a intentarlo todo, a luchar por ello hasta el final, aunque el mundo entero esté en contra. A ratos hace sufrir mucho al humano, salvo las veces que este logra transformar lo imposible en real.
El ciclo vital de cada una de las hermanas es diferente. En su caso, Uxu vuelve a nacer cada vez que es requerida, teniendo para ello que romper una cárcel donde está encerrada el resto del tiempo dentro del humano. Una cárcel de miedo cristalizado, muros duros pero frágiles que saltan como metralla cuando ella los rompe a puñetazos desde dentro cada vez que tiene que salir. Es algo traumático, pero así ha de ser.
En su forma psíquica, Uxu está envuelta en una bolita de luz que abraza directamente el corazón del humano en el interior del pecho; no es que el resto de hermanas no puedan abrazar al humano de esta forma, pero Uxu sólo puede hacerlo así. Ella simplemente se abraza al corazón del humano hasta fundirse con él, y le susurra que no se rinda, que se levante, en un tono de voz que sólo a esa nula distancia se podría sentir.
El ciclo vital de cada una de las hermanas es diferente. En su caso, Uxu vuelve a nacer cada vez que es requerida, teniendo para ello que romper una cárcel donde está encerrada el resto del tiempo dentro del humano. Una cárcel de miedo cristalizado, muros duros pero frágiles que saltan como metralla cuando ella los rompe a puñetazos desde dentro cada vez que tiene que salir. Es algo traumático, pero así ha de ser.
En su forma psíquica, Uxu está envuelta en una bolita de luz que abraza directamente el corazón del humano en el interior del pecho; no es que el resto de hermanas no puedan abrazar al humano de esta forma, pero Uxu sólo puede hacerlo así. Ella simplemente se abraza al corazón del humano hasta fundirse con él, y le susurra que no se rinda, que se levante, en un tono de voz que sólo a esa nula distancia se podría sentir.
Uxu es una musa Endógena como Owri, Aru y Yinn, nacida dentro del humano. Kira no sabe qué edad tiene.
Essel de la muerte y el final: la quinta
La Quinta musa, llamada por sus hermanas la Hueca, es la musa de la muerte y del Final. Su nombre es Essel y tiene el trabajo más preciso de las Siete, aunque a decir verdad no trabaja mucho porque Kira no suele llamarla. A ella le gustaría trabajar más, desde luego, y de ese modo ahorrarle toneladas de sufrimiento a su padre, pero lamentablemente éste parece tener pasión por la pequeña kamikaze (como llaman también a Uxu) antes que por ella. Y ni Kira, ni ninguna otra criatura viva con conciencia de ser, podría ser abrazado por Uxu y por Essel al mismo tiempo.
Tanto Essel como Alderik-la Séptima-son musas temidas por los humanos, y su presencia rara vez es deseada. El aspecto físico de Essel en el plano terrenal podría resultar algo intimidante, pues el cuerpo que ocupa es el de un cadáver macilento en la primavera de su descomposición, la piel como pétalo marchito desecándose en el hueso. El aire huele a flores y a la esencia penetrante y dulzona de la muerte cuando ella está cerca, aunque contra lo que uno podría pensar Essel no es una compañía ingrata sino todo lo contrario: tiene una conversación interesante, sentido del humor, paciencia para regalar y no suele hablar de más. Ella comprende que a los humanos les cuesta cortar ataduras así que está acostumbrada a esperar sin una queja, en un discreto segundo plano, hasta el momento preciso en el que debe sacar sus tijeras de filigrana de plata.
Tanto Essel como Alderik-la Séptima-son musas temidas por los humanos, y su presencia rara vez es deseada. El aspecto físico de Essel en el plano terrenal podría resultar algo intimidante, pues el cuerpo que ocupa es el de un cadáver macilento en la primavera de su descomposición, la piel como pétalo marchito desecándose en el hueso. El aire huele a flores y a la esencia penetrante y dulzona de la muerte cuando ella está cerca, aunque contra lo que uno podría pensar Essel no es una compañía ingrata sino todo lo contrario: tiene una conversación interesante, sentido del humor, paciencia para regalar y no suele hablar de más. Ella comprende que a los humanos les cuesta cortar ataduras así que está acostumbrada a esperar sin una queja, en un discreto segundo plano, hasta el momento preciso en el que debe sacar sus tijeras de filigrana de plata.
Essel es una musa Exterior, como Iver y Alderik. Las musas Exteriores son las que no han nacido dentro del humano, sino que han entrado en él desde el exterior. Hacen reaccionar a la persona ante el mundo que está fuera de ella, procesan su respuesta, y actúan para ayudarle a definirse como humano fuera de sí mismo en el mundo que le rodea, junto a otros. En ocasiones esta respuesta puede proyectarse desde dentro del humano hacia fuera, acercándole a sus semejantes más allá de la distancia, asumiendo que el mundo no es un conjunto de "lejos" sino un lugar común en el que todos somos parecidos pero iguales, y todos somos en él.
En cuestión de edad, Essel es vieja como el mundo, pero Kira tardó mucho en poder escucharla.
En cuestión de edad, Essel es vieja como el mundo, pero Kira tardó mucho en poder escucharla.
Yinn de la soledad y la oscuridad: la sexta
La Sexta de las Siete es la musa de la Soledad y la Oscuridad. Se llama Yinn y es la más paciente de todas las hermanas, más incluso que Essel, a pesar de lo que pueda parecer debido a sus frecuentes gruñidos y desmanes pues no tiene pelos en la lengua. Yinn nunca le falla a su padre, y es la que mantiene laaargas charlas con él a solas cuando Uxu o Alderik le producen insomnio. Gracias al exceso de energía que absorbe de Kira y de otros, y a la cantidad de cosas que tiene que soportar sobre miedos o dudas, una y otra vez, Yinn es sencillamente intratable de cara al resto del mundo. No es porque esté fatigada, como entidad psíquica no puede cansarse, pero ha de liberar parte del exceso de energía que la impregna para poder matenerse en equilibrio. Tampoco tiene mal caracter como rasgo en sí, pero normalmente va demasiado saturada como para poner florituras a su sinceridad, aunque con su padre jamás será ruda o malhablada como es con sus hermanas.
A veces, en el plano terrenal, se transforma en un gato negro de ojos verdes, aunque el cuerpo que ocupa ahora es el de un muchacho malencarado y andrógino de aproximadamente 1 metro cincuenta de estatura, cuya mirada brilla y alumbra en un tono esmeralda la oscuridad.
Algunas musas llevan objetos a mano, objetos característicos que les pertenecen, como Essel con sus tijeras. Yinn porta consigo tres objetos que en el plano terrenal le son de mucha utilidad: un teléfono (para llamadas de emergencia a cualquier hora), un espejo negro y un bate de beisbol. En el curso de esta historia seguramente proceda explicar para qué le sirve a Yinn cada una de estas cosas, pero no ahora.
A veces, en el plano terrenal, se transforma en un gato negro de ojos verdes, aunque el cuerpo que ocupa ahora es el de un muchacho malencarado y andrógino de aproximadamente 1 metro cincuenta de estatura, cuya mirada brilla y alumbra en un tono esmeralda la oscuridad.
Algunas musas llevan objetos a mano, objetos característicos que les pertenecen, como Essel con sus tijeras. Yinn porta consigo tres objetos que en el plano terrenal le son de mucha utilidad: un teléfono (para llamadas de emergencia a cualquier hora), un espejo negro y un bate de beisbol. En el curso de esta historia seguramente proceda explicar para qué le sirve a Yinn cada una de estas cosas, pero no ahora.
Yinn la Oscura es una musa Endógena que tiene exactamente la edad de Kira, pero Kira no pudo encontrarla dentro de sí hasta los 18 años. Para ver a Yinn en la oscuridad, Kira necesitó la ayuda de una voz que le guió a través de numerosos laberintos y más allá de monstruos dentro de sí mismo.
alderik del cambio: al téspami
La Séptima de las Siete, la que nació la última abriéndose paso a codazos y patadas a pesar de la resistencia natural de su padre, es Alderik del Cambio. Sus hermanas la llaman La Autista porque, aunque ellas sí pueden entender su lenguaje (a diferencia de los humanos), Alderik se comporta habitualmente como un niño con tal trastorno. Normalmente no la esperas cuando aparece, y cuando crees que va venir tarda o directamente ni se presenta; "no es el momento adecuado", es la respuesta comodín que humanos y hermanas han desistido de entender. Si buscas lógica en lo que hace Alderik no la vas a encontrar; sólo la encontrarás cuando dejes de buscarla. Es la más impredecible y rápida de todas las musas, y cuando aparece ya no hay vuelta atrás. Es la única que, aparentemente, puede aparecer sin ser llamada, aunque cuando se presenta sin avisar puede traer a otras musas con ella, especialmente a Essel. Se desplaza saltando, volando o rodando como bola de nieve imparable pendiente abajo.
Desde fuera podría parecer que Alderik tiene un patrón errático de vuelo, que no sabe lo que dice, que se fija en nimiedades, que se ríe de cosas que no tienen gracia... pero bueno, que no veas sentido en lo que alguien hace no quiere decir que lo que hace esa persona carezca de sentido, ¿verdad?
Desde fuera podría parecer que Alderik tiene un patrón errático de vuelo, que no sabe lo que dice, que se fija en nimiedades, que se ríe de cosas que no tienen gracia... pero bueno, que no veas sentido en lo que alguien hace no quiere decir que lo que hace esa persona carezca de sentido, ¿verdad?
La Séptima es una musa exterior y el concepto "edad" no puede aplicársele.
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MAS INFO
1-Las musas son inmortales. Sólo el olvido puede destruirlas y ellas volver a vivir al ser recordadas. Aunque una musa podría volverse mortal si por voluntad propia renunciara a su condición de musa por alguna razón.
2-Las musas son libres. Viven dentro del humano y dependen de él para ser, pero no le pertenecen y sólo algunas pueden ser parcialmente controladas.
3-Como no pueden morir, las musas no tienen miedo. Aunque cuando ocupan un cuerpo humano pueden llegar a sentir algo muy parecido.
4-Como entidad psíquica, una musa puede sobrecargarse, pero el exceso de energía no le causa fatiga, ni le duele nada de lo que ve, a diferencia de lo que le ocurre al humano.
5-Las musas no tienen género/diferenciación entre macho o hembra. Sus cuerpos humanos, cuando los ocupan, sí. Por eso el autor se refiere a ellas en género femenino y masculino indistintamente.
6-Cuanto más hostil sea el mundo y más ruido haga la guerra, mayor será la fuerza de una musa dentro de un humano.
7-Las musas ayudan a los humanos desde dentro a definir la humanidad de nuevo cada día.
8-La acción y las palabras de un humano inspirado por una musa puede tocar a otros humanos, y ayudarlos a ver a sus semejantes para abrazarse a pesar de la distancia.
([email protected])
2-Las musas son libres. Viven dentro del humano y dependen de él para ser, pero no le pertenecen y sólo algunas pueden ser parcialmente controladas.
3-Como no pueden morir, las musas no tienen miedo. Aunque cuando ocupan un cuerpo humano pueden llegar a sentir algo muy parecido.
4-Como entidad psíquica, una musa puede sobrecargarse, pero el exceso de energía no le causa fatiga, ni le duele nada de lo que ve, a diferencia de lo que le ocurre al humano.
5-Las musas no tienen género/diferenciación entre macho o hembra. Sus cuerpos humanos, cuando los ocupan, sí. Por eso el autor se refiere a ellas en género femenino y masculino indistintamente.
6-Cuanto más hostil sea el mundo y más ruido haga la guerra, mayor será la fuerza de una musa dentro de un humano.
7-Las musas ayudan a los humanos desde dentro a definir la humanidad de nuevo cada día.
8-La acción y las palabras de un humano inspirado por una musa puede tocar a otros humanos, y ayudarlos a ver a sus semejantes para abrazarse a pesar de la distancia.
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